Pérez entregó casi en secreto el barrio que hizo para El Pozo
Son 100 casas que ocupan ex habitantes del basural del oeste godoicruceño. El propio gobernador no quiso promoción.
El Pozo fue el principal desvelo del gobernador, Francisco Pérez. A tal punto fue así que su primera reunión de gabinete fue en ese basural a cielo abierto ubicado en el oeste de Godoy Cruz. Era el estandarte de su gestión social.
Por eso resulta muy extraña la última decisión del mandatario: el 6 de noviembre se entregaron las 100 casas para los vecinos de ese sitio en un acto realizado en el auditorio Ángel Bustelo.
Desde hace días que circula el rumor de que se entregaron las viviendas del Barrio Parque Oeste, el conjunto habitacional destinado a parte de los vecinos de El Pozo y que la entrega fue en el más estricto silencio. La pregunta periodística descoloca, pero la respuesta es que la única razón por la que el acto se hizo sin haberlo comunicado es porque el gobernador Pérez prefirió el bajo perfil.
Se puede especular que el viernes 6 de noviembre pasado el Gobierno aún no terminaba de pagar sueldos, la presencia periodística inevitablemente llevaría la conversación hacia el incendio financiero de la administración pública.
Pero el hecho la entrega de las 100 viviendas tampoco fue usada políticamente para ayudar a Daniel Scioli en la campaña del balotaje o para potenciar al aspirante a la intendencia de Godoy Cruz del Frente para la Victoria, Lucas Ilardo, que mañana define su suerte.
Después de asumir como diputado provincial, el ahora ex titular del Instituto Provincial de la Vivienda, Omar Parisi, dijo: “Preferimos hacerlo así. Entregar las llaves en el Bustelo y listo”.
No era un acto menor, no sólo porque era El Pozo sino, también, porque la construcción de viviendas ha sido otra de las batallas discursivas del gobernador Pérez. En esa oportunidad se entregaban 100 llaves de una sola vez.
Las casas no eran nada especial, pero son 100 techos para 100 familias. Se trata de viviendas industrializadas de dos dormitorios, de construcción en seco, con muros realizados con paneles de 100 milímetros de espesor rellenos con poliestireno expandido de alta densidad (conocido por su sigla EPS), montados sobre una estructura de perfiles metálicos. De las 100 casas, tres están especialmente diseñadas para discapacitados.
La carpintería es de aluminio, mesada de granito natural y la instalación eléctrica es con servicio prepago. El barrio, ubicado en las inmediaciones de las calles Los Nihuiles y Los Jacarandá, tiene las calles de ripio, pero las cunetas son canalizadas, cordones y banquina de hormigón, puentes peatonales y rampas para discapacitados en las esquinas.
En los pasillos de Casa de Gobierno cuentan que la obra contó con múltiples postergaciones e incluso tironeos políticos con la Municipalidad de Godoy Cruz, que conduce su rival y sucesor Alfredo Cornejo.
Murmuran que la tarea del gobierno provincial en El Pozo pone al descubierto que los 16 años de radicalismo en esa comuna no han sido tan eficientes desde el Corredor del Oeste hacia el pedemonte y entonces indican que la administración municipal se puso excesivamente puntillosa con las exigencias constructivas para habilitar el barrio.
Pero, además, también cuentan que los vecinos que accedieron a una casa eran parte de una organización no gubernamental y que la propia dinámica entre vecinos dejó fuera a un grupo de familias. En los últimos días, cuando las casa ya estaban habitables, empezó a correr el rumor de que se venían las usurpaciones.
Entonces, Pérez decidió entregar las casas, para evitar las usurpaciones y sin hacer ruido político, para no generar rispideces con Godoy Cruz. Según cuentan, a esa altura en el Gobierno interpretaban que ya no torcían el destino electoral nacional o municipal; aunque se entregaran miles de casas todas juntas, peor aún con la crisis financiera y el pago escalonado de salarios galopando en los medios de comunicación.
Desde Godoy Cruz niegan haber puestos obstáculos para que finalizara la obra. Lo que admiten es que el Barrio Parque Oeste fue el primero en la provincia en el que las casas se hicieron íntegramente con paneles de poliestireno expandido, por lo que era necesario poner alguna atención especial.